De ripley: Los oficiales comprometidos en la inundación de su datacenter y que lo dimos a conocer en ediciones (aquí) anteriores les otorgaron un “reconocimiento”, acaban de ser ascendidos a un grado superior. De no creerlo, amigos lectores. La OCI de la FAP sencillamente es un órgano cómplice de las actuaciones de oficiales negligentes.
Por temas netamente administrativos, una firma especializada en bases de datos estaría atentando contra la estabilidad financiera de empresas de su canal. Una de ellas se encuentra al borde de la quiebra, tiene que pagar fuertes penalidades por la sencilla razón que sus funcionarios se negaba a firmar el desaduanaje de equipamiento informático no pudiendo entregar los equipos a tiempo.