En 2023, la ciberseguridad global se vio gravemente afectada por un aumento significativo del ransomware. Las brechas de seguridad aumentaron un 43.74% respecto a 2022, siendo el ransomware responsable del 71% de este incremento y representando el 73% de todas las brechas. Sudamérica fue la cuarta región con mayor actividad cibercriminal. Según el Think Ahead Report 2024 de NeoSecure, los actores de ransomware se cuadruplicaron en Sudamérica, superando en más del doble el incremento global. Las industrias más afectadas fueron energía, comercio electrónico y telecomunicaciones. LockBit, 8Base y BlackCat fueron los principales actores de amenazas en Latinoamérica, con motivaciones principalmente monetarias.