Cientos de padres de familia acampan fuera de colegios ante la imposibilidad de matricular a sus hijos por la web. Según el experto Ernesto Cuadros, el problema radica en la falta de planificación tecnológica: diseñar un software para gestionar 50 solicitudes no es lo mismo que para atender a un 1% de los 8 millones de escolares del país. La saturación se debe a que la base de datos está centralizada, creando un cuello de botella. Esto evidencia una preocupante falta de conocimiento en escalabilidad por parte del Ministerio de Educación, afectando la eficacia de un proceso clave para el sistema educativo nacional.