No solemos tratar temas de política, pero la coyuntura histórica del país lo amerita. Las recientes elecciones muestran una realidad que muchos de los peruanos intuíamos pero que toma forma nítida y aparentemente antagónica en los candidatos que pasarán a la segunda vuelta este 06 de junio. ¿Puede un problema originar dos consecuencias que se contraponen? Pues depende de la causa del problema. Se podría resumir que en el balotaje deberemos optar entre la corrupción institucionalizada o la desigualdad ignorada, e incluso reflexionar en que la primera origina la segunda y que ésta se radicaliza justamente para reducir las brechas que la representan.
La Primera Vuelta
Entre la histórica desigualdad y la corrupción enquistada en el ADN de uno de los candidatos tendremos que decidir los peruanos el próximo 06 de junio.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 14 de abril 2021) Hemos escuchado decenas de frases y visto cientos de memes en estas últimas semanas, todos relacionados con las ideas, propuestas, prejuicios, vicios, defectos y afectos de cada candidato. Casi no se dice ni se ve nada sobre nosotros mismos y la convenida posición que adoptamos luego de cada elección, pues buscamos la forma de acercarnos a la opción ganadora o ver como seguimos remando hasta la siguiente. Ya es momento que decidamos participar activamente en política, de la mejor manera que creamos poder hacerlo.
Hace un tiempo el Contralor General Nelson Schak indicó que durante el 2019 la corrupción generó pérdidas a nuestro país por un monto de S/ 23,000 millones (15% del presupuesto nacional ejecutado el mismo año) pensamos que podrían haberse construido miles de escuelas y decenas de hospitales, o al menos mejorado la infraestructura existente en ambos sectores. Entonces es claro y evidente que la corrupción ensancha la brecha o no permite reducirla y nos fastidiamos. A estas alturas también debe ser claro que la corrupción y la desigualdad se enfrentarán en segunda vuelta, y que esperamos que una se reeduque y gane a la otra. ¿Acaso una coalición urgente y apremiada por las circunstancias, entre Fuerza Popular, Renovación Popular y los otros de centro con menor votación se enfocarán en atender las causas estructurales de la desigualdad o se limitarán a ver cómo ganar el 06 de junio e impedir que la opción radical llegue al poder?
No olvidemos que la candidata de Fuerza Popular se ha librado de la prisión preventiva, pero debe demostrar aún su inocencia a pesar de haber diversas pruebas de los millones que se le han adelantado para imponer “su plan de gobierno”, como aportes no oficializados para campañas políticas.
Por otro lado, ya se han hecho viral los videos donde la candidata a Vicepresidenta de Perú Libre anuncia que la clase media acomodada de Miraflores ya no será acomodada y la entrevista en la que Pedro Castillo reclama que las inversiones en proyectos mineros o de hidrocarburos, reduzcan su alta rentabilidad en favor del país, siendo las nacionalizaciones un instrumento totalmente disponible y que aplicaría sin rubor alguno. Contradictoriamente, Castillo ha manifestado su disposición a conversar, pero sin que se quiebre su agenda. Eso está por verse. Los vínculos de este candidato con un CONARE (facción disidente y aguerrida del SUTEP) infestado de miembros del Movadef preocupa tanto como las públicas adherencias de Vladimir Cerrón por lograr la participación del Perú en la patria grande bolivariana auspiciada desde Venezuela y Cuba. Castillo ha declarado su reconocimiento al liderazgo de éste, por ser la cabeza de la organización partidaria por la cual ha candidateado, Perú Libre.
En este escenario, la pregunta de por quién votar, la respondemos con un contundente: ¡Vota por el Perú! El 06 de junio marca la opción que te haya finalmente convencido de quién debe estar en el Gobierno los próximos 5 años. Pero votar por el Perú, implica un compromiso de corto, mediano y largo plazo, dónde cada uno de nosotros debe luchar contra la corrupción (en cualquiera de sus pequeñas y diarias manifestaciones o hasta las de organizaciones criminales con ramificaciones políticas) y la reducción de brechas (desde no discriminar hasta implementar soluciones de gestión de riesgo de sobrevaloración en megaproyectos). De otro modo, nada se habrá solucionado en realidad y seguramente el 2026 tendremos una final entre Vladimir Cerrón y Verónica Mendoza. Este es un momento de inflexión en la historia de cómo los peruanos construimos nuestra República y seguimos forjando nuestra identidad. Metamos la mejora continua en ambos propósitos y el trabajo en equipo, con metodologías ágiles y un framework basado en valores.
(CF / RZV)
5 Comentarios
Arturo Laos
Hola todos, el abstencionismo, voto en blanco o nulo, no es una opción ya que no se va a llegar a las 2/3 partes para que ésta sea válida, ya que hay partidarios y fanáticos que si van a votar. Al final lo que estás haciendo es regalar tu poder de decisión a quién sabe quién.
Luego cuando no te gusten las cosas que haga el presidente lo único que te va a quedar es llorar, si gana Pedro Castillo estarás haciendo planes para ir a vender chica morada o ceviche en otros países o terminaremos en un golpe militar, si es Keiko habrá una pelea constante con el congreso, al extremo de que la vaquen o ella los disuelva.
Creo que nos esperan días bien difíciles, no importa quien gane.
Luis Guembes
Estimado César:
Creo que el resultado de las elecciones, evidencia un voto de protesta, de gente cansada de la pandemia, de la economía, la inseguridad, la salud, la impunidad y de cómo se ha desnudado la incapacidad del gobierno y todos los poderes del estado para manejar y revertir la larga lista de crisis que nos agobia a todos.
La peor parte se la llevan los informales, 80% de la economía, donde no hay derechos ni previsión de ningún tipo, mientras los empresarios y emprendedores que conservaron a sus trabajadores formales, resulta que ahora son los que se “aprovecharon” de los programas “Reactiva”.
Si les dejamos la tarea a los políticos, sean de izquierda o de derecha, estamos perdidos. Tenemos que participar todos en proponer y ejecutar soluciones para los graves problemas que nos aquejan. Tenemos que hacer reaccionar a casi millón y medio de empleados públicos para que sepan que tienen que trabajar por el país, sino, ellos y sus familias también serán parte de las estadísticas mortales y del desempleo. No queda otra opción.
El odio y el resentimiento de la frase “ahora sí los miraflorinos tendrán carencias” solo expone el falso revanchismo de quienes nunca vivieron como “la clase” que quieren representar. Se plantea una lucha entre “ricos y pobres” ignorando el hecho de que los pobres no son tantos ni los ricos son todo el resto del país. En el medio, agoniza y regresa amargamente a la pobreza, la clase media que estaba saliendo de ella. Asi que es mas fácil cultivar el odio de clases, que plantear soluciones a los problemas del país.
El estatismo, por el que ya hemos transitado, pretende darle poderes y roles empresariales al estado -al que califican de inoperante y monstruoso cuando les conviene- y dicen que se transformará de la noche a la mañana en una maquinaria eficiente y perfecta, más empoderada aún, es utopía…¿Dejarán sin empleo a ese casi millón y medio de compatriotas que trabajan en el sector público?. ¿Tejerá su propia soga el ahorcado y además votará por el verdugo?.
Tenemos una opción radical que no llega ni al 20% de los votos válidos y un ausentismo que lo supera. La apatía electoral se sumó al miedo al Covid y en medio del caos, aparece una opción que propone el caos para salir de él y la otra, continuar con más de lo mismo, darle más veneno al envenenado para salvarlo del veneno… Es lo que hay.
Cada persona es libre de votar de acuerdo a su criterio.
Tengamos paciencia y analicemos las posibles consecuencias, recién empiezan los acomodos, en estos momentos nadie quiere ceder ni perder, están “borrachitos de poder” como decía el patriarca de los Humala.
Esperemos el escenario de la semana anterior a la segunda vuelta y analicemos desapasionadamente qué es lo mejor para nuestros descendientes y los de los demás.
Menos de 20% de votos no son suficientes para presentar una carta blanca para cambiar al país pretendiendo que representan a todos…
Raúl Zavaleta Vértiz (07850718)
Muy cierto: “Tenemos una opción radical que no llega ni al 20% de los votos válidos y un ausentismo que lo supera. La apatía electoral se sumó al miedo al Covid y en medio del caos, aparece una opción que propone el caos para salir de él y la otra, continuar con más de lo mismo, darle más veneno al envenenado para salvarlo del veneno… Es lo que hay.”
Victor Armebianchi
Con todo respeto, sobre el candidato Castillo faltó añadir su clara y evidente cercanía al grupo terrorista genocida “Sendero Luminoso” que causó la muerte violenta de miles de peruanos inocentes y la enorme destrucción de la propiedad pública y privada, siendo bastante probable que su partido político lleve como congresistas electos a cuatro ex-terroristas sentenciados (3 de “Sendero Luminoso” y 1 del “MRTA”) lo cual nunca debió permitirse por respeto a la memoria de los muertos por la criminal y brutal acción terrorista, así como, por los cientos de miles de peruanos afectados de una u otra forma por la barbarie demencial de estos asesinos que no deberían tener perdón, pero claro una vez más nuestra “democracia boba” así lo ha permitido. Y en cuanto a la candidata Fujimori la ciudadanía hace tiempo que se ha dado cuenta de la persecución feroz que se ha montado desde la Fiscalía politizada que se ha convertido en instrumento de ataque para sus odiadores y enemigos políticos (la llamada izquierda caviar y la coalición vizcarrista mermelera corrupta), logrando que la encarcelen a pesar de no tener sentencia judicial condenatoria y pasando por alto el principio de presunción de inocencia que aplica a cualquier persona que es investigada, lo que por cierto no significa pasar por alto los gruesos errores cometidos en el pasado por la candidata y su partido.
David Honderman
Efectivamente un sistema electoral y una administración de justicia inadecuados han permitido que los corruptos sigan participando en política, y como resultado estemos entre la espada y la pared, con el dilema de decidir por la corrupción o la desigualdad, esta última podría ser la opción si los actores tuvieran un plan coherente que haya demostrado resultados, sin embargo ya conocemos las realidades de Venezuela, Cuba y Bolivia.