El BN enfrenta cuestionamientos tras adjudicar por 10 millones de soles el software Mainview (AMI OPS) en una licitación internacional marcada por irregularidades. El proceso, realizado en solo un día, dejó fuera a competidores potenciales y favoreció a BMC Software Inc., cuya propuesta estaba lista antes del concurso. Aún más grave, la implementación fue asignada a empresas sancionadas y vinculadas a exfuncionarios del banco. Pese a justificar la urgencia del proyecto, el software no ha sido instalado tras nueve meses. Este caso refleja un patrón recurrente de sospechas en el manejo de contrataciones del Banco de la Nación.
Banco de la Nación: Licitación sospechosa que pone bajo la lupa a una institución polémica
Lamentable que esta institución siempre esté cuestionada por sus procesos de compra, hay un rosario de ejemplos donde este medio de comunicación denuncia.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 15 de enero 2025) El Banco de la Nación (BN) vuelve a estar en el centro de la controversia tras su respuesta oficial a los cuestionamientos realizados por América Sistemas sobre la licitación internacional para la suscripción del software Mainview (AMI OPS). Pese a la defensa presentada, el análisis de los documentos y antecedentes del caso evidencia irregularidades que refuerzan la percepción de que esta entidad, financiada con recursos públicos, opera bajo prácticas que a menudo levantan sospechas.
Un patrón recurrente en el BN:
Históricamente, varias de las licitaciones del Banco de la Nación han sido objeto de escrutinio, con denuncias de procesos que favorecen a ciertos proveedores y un manejo que deja mucho que desear en cuanto a transparencia. Este nuevo episodio parece no ser la excepción, al revelarse un procedimiento plagado de indicios de direccionamiento y premura injustificada.
Cronología de una adjudicación exprés:
El proceso para la adquisición del software Mainview, valorado en aproximadamente 10 millones de soles, se caracterizó por un ritmo inusualmente acelerado:
La convocatoria se realizó el 12 de marzo de 2024.
El mismo día 13 de marzo, los interesados debían inscribirse, presentar sus propuestas y recibir el fallo de la buena pro. Este cronograma, prácticamente imposible para una competencia internacional real, generó cuestionamientos inmediatos.
Según documentación oficial, la propuesta ganadora ya había sido elaborada semanas antes, el 29 de febrero de 2024, y un día antes de la recepción oficial de propuestas (12 de marzo), ya se había dado consentimiento para proceder con el contrato.
Este proceso exprés, que dejó sin oportunidad a otros posibles participantes, despierta legítimas sospechas sobre un eventual direccionamiento hacia el fabricante seleccionado, BMC Software Inc., con sede en Houston.
Contradicciones en el propósito y ejecución:
La urgencia de la adquisición fue justificada por la necesidad de actualizar el sistema operativo para garantizar la continuidad del negocio. Sin embargo, a finales de 2024, nueve meses después de firmado el contrato, el software aún no había sido instalado ni operativo. ¿Cómo justificar el pago adelantado de 10 millones de soles cuando no se ha cumplido con la implementación?
Además, resulta cuestionable que el contrato haya excluido proveedores regionales, como las oficinas de BMC en Argentina o Brasil, o la posibilidad de incluir socios locales, cuando en el país existen opciones competitivas para monitoreo de sistemas mainframe.
Una perla encontrada:
La responsabilidad de la implementación recayó en Giga Tek y Pacific Group, empresas con historial de sanciones por parte del OSCE. Según registros oficiales, estas compañías continúan contratando con el BN bajo esquemas que rozan la ilegalidad, utilizando nombres similares o alianzas estratégicas para eludir restricciones.
A esto se suma un hecho preocupante: ambas empresas tienen vínculos con exfuncionarios del BN, como Orlando Manco, quien pasó de evaluar productos en el banco a liderar la ejecución de contratos a través de estas empresas. La sombra del conflicto de intereses y la falta de controles éticos son evidentes.
A decir verdad…no es la primera vez que el Banco de la Nación enfrenta críticas por sus procedimientos de contratación. Las licitaciones de alto costo, con condiciones que limitan la competencia y el uso de argumentos cuestionables para justificar adjudicaciones, han sido un sello distintivo de esta institución.
Las sospechas no solo recaen en este caso específico, sino en un patrón sistemático que exige un cambio radical en los procesos y una mayor supervisión por parte de entidades como la Contraloría y el OSCE.
El Banco de la Nación, institución clave en la administración de los recursos de todos los peruanos, tiene la obligación de operar con transparencia y rendir cuentas claras. Este caso, lejos de disipar las dudas, refuerza la percepción de que en el BN persisten prácticas que atentan contra la legalidad y la ética.
Es urgente que las autoridades fiscalizadoras intervengan para esclarecer los detalles de esta licitación y establecer responsabilidades. La ciudadanía merece saber si sus recursos están siendo utilizados para satisfacer intereses particulares en lugar de las necesidades del país. El Banco de la Nación, nuevamente bajo el reflector, tiene una oportunidad crucial para corregir su rumbo y recuperar la confianza pública.
Nota enviada por el departamento de comunicaciones de la entidad citada justificando su accionar, amig@s lectores …saquen sus conclusiones: