Corría agosto de 1986 y la desaparecida Secretaría Nacional de Informática a cargo de Ramiro Prialé Zevallos daba luz verde para incorporar al Congreso de la República a la era de la modernidad dotándola de un lote de computadoras por casi un millón de dólares, dinero proveniente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD-, así se acababa la era del mimeógrafo y sus procesos de compaginación propios de las artes gráficas y comenzaba una nueva forma para la presentación de proyectos de ley. Así lo registra la historia de las TIC´s en el Perú.