El veterano y experimentado profesional, Jorge Solís Tovar relata una interesante historia de superación y oportunidades fortuitas ocurridas con el nacimiento del Centro de Cómputo de la PUCP. Corría el final de los años 60, una época en la que las computadoras eran una novedad fascinante y desconocida para la mayoría. En el Perú, solo unas pocas instituciones educativas contaban con estos maravillosos dispositivos electrónicos capaces de realizar tareas complejas en cuestión de segundos. La Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) no estaba entre ellas, pero eso estaba a punto de cambiar.
Nacimiento del Centro de Cómputo de la PUCP
Hechos fortuitos bien aprovechados hicieron que la entidad académica se hiciera de un centro de cómputo de alto nivel.
(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 09 de agosto 2023) El Ingeniero Mg. Jorge Solís Tovar, un visionario docente, regresó de España en 1969 tras haber adquirido habilidades en ingeniería y programación en FORTRAN. En ese momento, la PUCP solo disponía de equipos de Registro Unitario (Unit Records), limitados en su capacidad y funcionalidad. Eran máquinas que trabajaban con tarjetas perforadas, sin capacidad de almacenamiento y solo aptas para realizar operaciones básicas.
La PUCP anhelaba tener su propio centro de cómputo, pero los costos eran prohibitivos. Sin embargo, el destino intervino en el momento justo. Jorge entabló amistad con el operador de uno de esos equipos de Registro Unitario, quien tenía conexiones con el centro de cómputo de la facultad de economía de la Universidad Villarreal.
Juntos, Jorge y el operador del equipo UR idearon un audaz plan para aprovechar la capacidad de cómputo de la Villarreal para procesar parte de la información de la PUCP, específicamente el cálculo de las planillas. Este acuerdo beneficiaba a ambas instituciones, ya que aliviaría la carga de trabajo en el equipo UR y permitiría a la PUCP avanzar un poco en su sueño de tener un centro de cómputo propio.
Sin embargo, la fortuna y las circunstancias cambiaron rápidamente. El nuevo Rector de la Universidad Villarreal descubrió una deuda acumulada con IBM por el alquiler del equipo, lo que lo llevó a tomar una drástica decisión: ordenar la devolución del equipo a la empresa, dejando el plan de la PUCP en una situación precaria.
A pesar del revés inesperado, este hecho fortuito fue el impulso que los estudiantes de la Facultad de Ingeniería necesitaban para persuadir al Rector de la PUCP. Finalmente, tras mucho esfuerzo y argumentación, se tomaron las decisiones necesarias para adquirir una computadora de IBM y crear así el tan anhelado centro de cómputo de la PUCP.
Fue el 24 de diciembre de 1969, en una fecha casi mágica como regalo de Navidad, cuando el centro de cómputo de la PUCP comenzó a operar bajo la dirección del ingeniero Jorge Solís Tovar. La perseverancia, la amistad y la valiosa oportunidad brindada por las circunstancias cambiaron el destino de la universidad, allanando el camino hacia un futuro tecnológico prometedor.
Hoy, el centro de cómputo de la PUCP es un pilar fundamental en la formación académica y la investigación. Gracias a la visión de pioneros como el Ing. Mg. Jorge Solís Tovar, la universidad se ha consolidado como líder en el uso de la tecnología para el desarrollo educativo y el progreso de la sociedad.
Esta historia de más de 60 vueltas, nos recuerda que, en ocasiones, las dificultades pueden convertirse en oportunidades. Además, resalta la importancia de la colaboración y la audacia para superar obstáculos en la búsqueda de un futuro mejor. Así, la historia del centro de cómputo de la PUCP inspira a generaciones presentes y futuras a seguir adelante, a pesar de los desafíos, en pos de la innovación y el crecimiento constante. Así lo registra la historia de las TIC´s en el Perú.