Una tarjeta más qué importa

En una era donde la integración y la eficiencia son clave en los sistemas de transporte urbano, Lima y Callao se enfrentan al desafío de unificar los pagos en un solo sistema, a pesar de que otros países ya han implementado con éxito soluciones similares. En esta oportunidad, nos referimos a la implementación de una tercera tarjeta, que momentáneamente no se utiliza debido a la marcha blanca, para el pago del servicio público de transporte. La interoperabilidad anunciada desde hace más de 12 años, primero por la MML y luego por ATU, es ahora un tema desconocido en una muestra más de las marchas y contramarchas que tienen al transporte público en estado crítico. Así están las cosas, estimados lectores.

Tarjetas Desconectadas en el Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao: ¿Por qué no unificarlas?

La aparición de una tercera tarjeta genera serias dudas sobre las razones detrás de la falta de unificación. La reciente interoperabilidad entre Yape y Plin evidencia que la tecnología necesaria está disponible, lo que plantea la pregunta sobre si existen obstáculos más allá de lo técnico.

(americasistemas.com.pe. Lima, Perú – 10 de enero 2024) En una ceremonia que buscaba marcar un hito en la movilidad urbana, se inauguró la primera etapa del tren al Callao en Lima, un servicio que prometía beneficiar a miles de ciudadanos. Sin embargo, a pesar de este avance, los usuarios se encuentran enfrentando un dilema desconcertante: la proliferación de tarjetas para acceder a diferentes servicios de transporte público, en lugar de contar con una única tarjeta unificada que simplifique y eficiente el proceso.

En la actualidad, ya estamos utilizando la tercera tarjeta y, según fuentes de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), se proyecta la implementación de más tarjetas a medida que se vayan sumando nuevos servicios de transporte. Esta fragmentación en los métodos de pago no solo genera confusión entre los usuarios, sino que plantea la pregunta inevitable: ¿por qué no se unifican en una sola tarjeta todos los servicios?

En ciudades como Londres, el sistema “Oyster Card” permite a los usuarios acceder a múltiples servicios de transporte público, incluyendo buses, trenes y el metro, con una sola tarjeta. Esta unificación no solo simplifica la vida de los ciudadanos, sino que también mejora la eficiencia y reduce costos administrativos.

En Singapur, la tarjeta “EZ-Link” se utiliza para pagar no solo el transporte público, sino también servicios como peajes, compras en tiendas y comidas. La interoperabilidad de este sistema ofrece una experiencia de usuario sin fisuras y facilita el acceso a una variedad de servicios cotidianos.

En Santiago, Chile, la tarjeta “Bip” permite a los usuarios pagar no solo el transporte público, sino también otros servicios como estacionamientos y bicicletas públicas. Esta integración ha demostrado ser exitosa en la simplificación de la vida diaria de los ciudadanos.

Experiencias exitosas de otros países la encontramos al por mayor, en diversas ciudades de países como como Canadá, Hong Kong, Finlandia, Brasil, Argentina, Costa Rica han implementado tarjetas únicas que permiten a los ciudadanos acceder a una variedad de servicios de transporte, desde autobuses hasta trenes, con una sola tarjeta.

Este enfoque no solo simplifica la vida de los usuarios, sino que también optimiza la eficiencia y reduce los costos administrativos asociados con múltiples plataformas de pago; además permite la integración tarifaria que ya se utiliza en el Metropolitano desde el 2010 y que recientemente se anunció para el Corredor Azul con el Rojo.

La Pregunta Pendiente: ¿Por qué no en Perú?
La gran incógnita que permanece sin respuesta es por qué en Perú, a pesar de más de diez años por una serie de obstáculos en el desarrollo del proyecto del tren urbano, no se ha logrado la unificación de las tarjetas. La tecnología está disponible, y la experiencia internacional demuestra los beneficios. Entonces, ¿cuáles son los motivos detrás de esta resistencia?

Voces autorizadas argumentan que en la ATU (antes PROTRANSPORTE) existen intereses onerosos que impiden la implementación de un sistema unificado utilizando tarjetas de débito o crédito de cualquier entidad financiera. Sin embargo, algunos críticos sostienen que esta afirmación podría ser más una excusa que una barrera real. ¿Están los usuarios siendo perjudicados por intereses financieros, o hay otros factores en juego?

Una propuesta que ha ganado terreno en otras partes del mundo es la utilización de tarjetas de débito o crédito estándar para el pago de servicios de transporte público. Esta opción eliminaría la necesidad de tarjetas específicas para cada sistema de transporte y ofrecería una solución más integrada y accesible para los ciudadanos; sin embargo, el reto de la bancarización abre la puerta a la necesidad imperiosa del concepto de Tarjeta Ciudad que permita la interoperabilidad entre los diversos medios de transporte y esta es una de las razones por las cuales se creó la ATU.

La tarjeta ATU, anunciada para la Línea 2, debería ser el punto de partida para implementar un sistema de pago unificado en Lima y Callao. ¿Qué se necesita? Se necesita Interoperabilidad entre los diferentes sistemas de transporte: Metropolitano, Corredores Complementarios, Línea 1 y Línea 2 del Metro.

El gran reto para ello es poder lograr los acuerdos entre los diferentes actores (Público y Privados) que permitan que se compensen las recargas y validaciones que se hacen en cada sistema y que permita mantener equilibrio en los sistemas de transporte y afrontar los pagos a los concesionarios. Lamentablemente cada sistema de transporte es único en su diseño y tiene requerimientos legales en cuanto al flujo del dinero que requiere que estos acuerdos sean formalizados con adendas.

En los sistemas Autosostenibles como el Metropolitano o los Corredores Complementarios el pago a los operadores se realiza de manera semanal; en los sistemas de transporte cofinanciados como los Metros es de manera trimestral. En este sentido los diferentes sistemas deberían de compensar entre si los ingresos de manera que se puedan afrontar los pagos.

Imaginemos la siguiente situación (caso extremo pero que permite ilustrar mejor al reto que nos enfrentamos): Todos los usuarios recargan en la Línea 1 del Metro, pero viajan en el corredor rojo. Al ser el sistema interoperable y la tarjeta tener saldo, el usuario puede recargar su tarjeta en cualquier Estación del Metro y viajar asi en el corredor rojo; pero esas recargas fueron al Sistema de Transporte de la Línea 1 y por lo tanto en el Corredor Rojo no hay dinero para pagar por las validaciones que se hicieron en ese sistema…. entonces ¿cómo se le paga al Corredor Rojo por los pasajeros transportados y los kilómetros recorridos? La única opción es vía la Cámara de Compensación.

Cualquier sistema Interoperable debe de tener una cámara de compensación que permita que los sistemas se encuentren en equilibrio y con ello afrontar sus compromisos de pago según sus propias reglas de compensación.

¿ATU tiene Cámara de compensación? la respuesta es No y está lejos de poder tener una ya que no se han realizado aun los acuerdos necesarios entre los privados que permitan compensar los sistemas y específicamente los costos de las recargas que se hacen en un sistema pero que se validan en otro. Y por último el tema más importante es la seguridad del sistema, que ATU no ha sabido administrar en Línea 1 (Clonación y fraude electrónico que se estima en más de 60 millones de soles en perjuicio de todos los peruanos y que aún no se hace nada por frenarlo cuando se conoce que este fraude electrónico inició por el año 2018-2019. Si esta nueva tarjeta de ATU llegara a tener brechas de seguridad como se haría para pagar a los operadores privados si no habría los ingresos necesarios que permitan afrontar esas obligaciones.

A medida que Lima busca mejorar su infraestructura de transporte público, la unificación de tarjetas emerge como una necesidad imperante. Los usuarios anhelan una solución más sencilla y eficiente, y el ejemplo de otras metrópolis en el mundo demuestra que es posible. Queda por verse si la ATU y las autoridades pertinentes pueden superar los posibles obstáculos y brindar a los ciudadanos una experiencia de transporte más fluida y conectada.

Los ciudadanos de Lima no podemos seguir tolerando que cada avance en el Sistema Integrado de Transporte (Línea 1, Línea 2, BRT Metropolitano) implique la adopción de un medio de pago electrónico exclusivo. Además, no debemos aceptar que, desde 2010, el SIT haya avanzado tan solo en atender el 10% de la demanda de pasajes de transporte público en Lima.

Importante: Artículo elaborado con el valioso apoyo del Ing. Dr. Juan Huertas Angulo, especialista en Transformación Digital y Obras por Impuestos.